
Tuve un sueño. No era lo que yo había estado esperando, pero sueño al fin. Me gustó porque aparecía gente que no veo hace demasiado tiempo y hacían cosas súper locas. Por ejemplo, una niña que fue compañera de pega cuando hice la práctica, trabajaba en una isapre, de supervisora o algo así, y tenía un romance con el gerente de la sucursal. Sus compañeras de trabajo la odiaban por eso. Ella tenía marido y una hija, y a pesar de eso el romance con su jefe era ultra público. A ella no le importaba nada, pero el resto le tenía tantísima envidia que preparaban una especie de emboscada para dejarla al descubierto con su marido. Y ahí aparecía yo: estaba esperando que una de las ejecutivas me atendiera cuando la escucho hablar con otra sobre la "sorpresa" que le preparaban a la Pilar. Se reían las muy perras, cuchicheaban, todas malditas. Al principio no caché que hablaban de la Pilar conocida mía, pero me emputecía que no me atendieran por estar conversando. Entonces apareció la "Pilarcita", y las víboras se hicieron las locas y se pusieron todas simpáticas con ella. "Pilar!", dije yo, "como estay!". Ella me llevó a su oficina para conversar un rato. Mientras me contaba de lo grande que estaba su hija, yo pensaba que tenía que decirle lo que pensaban hacer sus compañeras de trabajo para cagarla con el marido. Pero, cómo le decía?. "Pilar, mira yo se que no nos vemos hace miles de años, pero tengo q decirte que tengas cuidado porque las zorras de allá le van a contar a tu marido q andas con tu jefe". Ni modo. O si?. Total, la cuestión era un sueño. Pero no, la escuché decir sobre su cambio de casa, su auto nuevo, el jardín de la niña, las vacaciones con la suegra, y yo ahí muy complicada porque no encontraba la forma de advertirla. A ratos entraba una que otra tipa en uniforme de isapre. "Cuidate hueona, te van a cagar!!", pensaba yo ultrafuerte. Pero nada, ella no escuchaba mi pensamiento.
-Pilar, el baño?
-Ah si, por allá.
Entré al cuartito ínfimo. Era todo roñoso y descascarado, totalmente distinto al resto de las oficinas que parecían recién pintadas, y todas las mujeres recién salidas de la peluquería. Tenía sed, tomé un vaso y abrí la llave. Mientras tomaba agua, pude ver que en el vaso flotaban muchísimos caballitos de mar bebés y yo los estaba bebiendo. Pensé que iban a seguir creciendo en mi estómago y que luego tendría una especie de parto múltiple de caballitos. Y qué haría con todos ellos, parirlos, vomitarlos? La tercera opción me parecía asquerosa, y como era un sueño, podía evitarla. Y otra vez, qué haría con todos ellos?. Además, tenía el problema de Pilar, la pobre quedaría pillada por su flamante esposo y todo su mundo de cuentos de hadas se iría a la cresta.
Salí del baño mareada, sintiendo ganas de vomitar, buscando la oficina de Pilar. Ella continuaba sentada redactando algo en su libreta, con su cabeza ladeada, mascando chicle. Ni idea de todo lo que se le venía encima.
Desperté con hambre y sed. Bajé a la cocina y me tragué una bolsa entera de Natur. Luego volví a mi sueño; claro que ahora soñaba con el viejo portero del colegio de monjas, que se llamaba el señor Tabilo, y que tenía una hija gorda y antipática que siempre quize ver muerta.